No es ningún secreto que interpretar al Joker ha traído severas consecuencias para sus intérpretes. Y es que este personaje tan particular necesita de una preparación muy específica que puede llegar a hacerte sentir un Guasón en tu vida diaria.
Los diferentes papeles del Joker a lo largo de los años han ido subiendo de nivel y ese techo está cada vez más alto. Un listón que obliga a todo aquel que se aventura a enfundarse su traje a realizar un trabajo mejor que el anterior. Una competencia que beneficia al espectador pero que termina devorando por dentro a su intérprete.
Sin ir más lejos, el último gran Joker que ha pasado por la gran pantalla, Joaquin Phoenix, quien ganó un Globo de Oro gracias a dicha actuación, admitió que la necesidad de llevar una dieta estricta para bajar de peso afectó tanto a su físico como a sus relaciones sociales, ya que tenía hambre a todas horas y eso afectaba a su humor.
Joaquin necesitaba perder 20 kilos para enfundarse el traje, de ahí su extrema delgadez en la película, donde en ciertas escenas pueden visualizarse las vértebras y las costillas en la espalda. El actor no podía sobrepasar la cifra de 1000 kcal, si no quería estar fuera de peso durante el rodaje.
En palabras del propio actor: “Vivía como un ermitaño porque tenía una dieta extrema y por consecuencia no puedes socializar porque no comes ni bebes. Incluso soñaba con comida, comía una enorme porción y me despertaba con sentimientos de culpa. Al bajar de peso comienzas a perder poco a poco la cordura y el hacerlo de golpe te vuelve realmente loco”.
Otro de los casos más conocidos es el de Heath Ledger, quien entró en una grave depresión tras interpretar el papel del Guasón en "El Caballero Oscuro". Un hecho que desencadenó en la muerte del actor con tan sólo 29 años.
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