Analizamos la última película del Caballero Oscuro que ha causado furor en taquillas durante el fin de semana.
Regresaba Batman a la gran pantalla, regresaba el Caballero Oscuro, con The Batman. Una de las grandes cintas del año que todos estábamos esperando por fin nos deleitó con casi 180 minutos de película. Una entrega con la llamativa peculiaridad de su nuevo actor protagonista; Robert Pattinson.
El británico nos dejó boquiabiertos con su enorme actuación. Su rostro reflejaba fielmente lo que estaba sintiendo en esas circunstancias el bueno de Bruce Wayne, a quien le acaban sacando de sus casillas con el paso de los minutos. Ira y rabia predominaban en nuestro superhéroe, quién no se cortaba un pelo a la hora de dar puñetazos. De hecho, en más de una ocasión tuvieron que detenerle para no dar muerte a los vándalos, a quienes les quedó bien claro quien era Batman.
Hay que contextualizar esta última entrega en una de las edades más jóvenes del Caballero Oscuro, quien aún no es del todo bien recibido ni por la policía, ni por el ciudadano de a pie. En muchos casos, ni los propios delincuentes le conocen y eso es una muestra de que el bueno de Bruce Wayne sólo acababa de alcanzar la adultez, siendo muy diferente al interpretado por Christian Bale.
Ahora Gothan City empieza a conocer sus peligrosos y cómo en el ocaso de una de las primeras catástrofes que suceden en esta entrega, se aproxima un peligro inminente de carne y hueso; el Joker. El famoso enemigo de Batman, tiene varios minutos de protagonismo al final de la producción aliándose con el ya encerrado entre rejas, Enigma.
Sin duda, una de las películas más estructuradas de este superhéroe de DC que tantas veces nos ha hecho vibrar del asiento y que en esta ocasión no ha sido para menos. De hecho, las sorpresas y guiños que nos regala Matt Reeves son para verla una y otra vez, así que os invitamos a que la veáis sin duda alguna