El poema creado en 1982 por Tim Burton y hecho realidad por Henry Selick en 1993 es todo un clásico del cine en la época navideña. El Stop Motion de referencia nos contó la historia del señor Jack Skellington, un deprimido Rey de “La Ciudad de Halloween”, que quiso traer a su mundo la festividad que descubrió en el “Mundo de la Navidad”.
La historia ya la conocemos todos, pero quizás nunca nos hayamos planteado el trasfondo que oculta como fábula, al tratarse de una lección más que evidente. Si la analizamos desde el punto de vista moral, vemos como Jack, rey por ser el mejor en lo suyo, decide dedicarse a algo que no se le da tan bien como organizar la fiesta de Halloween.
Su deseo de cambiar un pueblo, que era feliz con su particular atmósfera, le hizo traspasar fronteras hasta tal punto de querer implantar algo que no formaba parte de la naturaleza de su mundo. Nunca vamos a negar que la intención o la ilusión por querer conseguir algo sea lo que te lleva al éxito en muchas ocasiones, pero está claro que, en un primer momento, se entayó los dedos al querer hacer algo que no estaba por ser.
Lo más importante de esto es que es más satisfactorio hacer bien algo para lo que has nacido, que intentar luchar contra algo que no está para ti. Jack era un esqueleto y eso le convertía en un ser del terror, impartir la navidad, con la alegría que conlleva, no estaba hecho para él y por eso es por lo que no terminó de triunfar.
El realismo en estos casos es el pensamiento más lógico, pero es cierto que para caer en él es necesario haber tropezado antes. Justo esto es lo que le pasó al propio Jack, recuperando las fuerzas por hacer más y mejor de lo que sabía hacer, la fiesta de Halloween. Pero antes tuvo que caer en el desengaño de sus propias ilusiones de traer la luz a un mundo de oscuridad.
En resumidas cuentas, esta cinta nos enseña que si todo va bien, la posibilidad de cambiarlo radicalmente podría ser perjudicial o desastroso, pero no por ello debe de tomarse como algo negativo, sino como un aprendizaje para reforzar el verdadero camino que debes seguir.
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