Si hablamos de anime o de manga, tenemos que hablar de One Piece. La obra de Eiichiro Oda es la referente número uno en estos géneros gracias a la creación de su incomparable serie. Pese a las irrupciones de las nuevas y modernas series de prometedores mangakas dentro de la industria, su público sigue manteniéndose fiel.
Las aventuras de Luffy, el próximo rey de los piratas como él mismo se autodenomina, ha marcado una época importante en la sociedad actual. Una generación joven, abierta y sin complejos que se ha caracterizado por el consumo sin precedentes de este arte japonés y que traspasa fronteras más allá de los países asiáticos.
Eiichiro no sólo ha sabido crear una obra diferencial e innovadora, sino que ha seguido reinventándose con el paso del tiempo. El autor, natural de Kumamoto, nació el 1 de enero de 1975 (46 años). Una fecha un tanto peculiar también, ya que no todo el mundo puede presumir de nacer el primer día del año.
A pesar de su éxito, Eiichiro no es un hombre que se deje mucho ver, como buen mangaka. Está casado con una ex modelo y actriz Chiaki Inaba desde 2004, con la cual tiene dos hijas de 15 y 12 años. Desde pequeño, siempre tuvo predilección por las historias de piratería y de vikingos. Una afición que le hizo impulsar sus primeras creaciones inspiradas en épocas pasadas.
Además, las obras de Akira Toriyama como Dragon Ball y Dr. Slump le sirvieron de inspiración para seguir su camino hacia el Olimpo de los mangakas. Otro de los aspectos importantes de Oda es su afición por el fútbol. De hecho, en el colegio le apodaron Odacchi, apodo al cual dio vida y voz en un corto especial para conmemorar el Mundial de Fútbol de 2002 en el que era el comentarista del partido disputado entre Los Piratas de Luffy y Los Villanos All-Stars.
Entre 1992 y 1997 comenzó su carrera como mangaka siendo asistente en tres de los animes publicados en la revista semanal Shonen Jump. Sin embargo, ya comenzó a llamar la atención con su talento tras conseguir el segundo lugar del Premio Tezuka con la obra "Wanted!". Más tarde, creó las obras “El regalo de Dios para el futuro” (1993), “Ikki Yako” (1994) y “Monsters” (1994), que acabaría mezclando con su obra maestra One Piece.
A finales de 1996, sin dejar de trabajar como asistente para su último maestro, Watsuki, lanzó dos one-shots para iniciar su aventura: “Romance Dawn” y “Romance Dawn: Amanecer de una aventura”, el cual se trata del primer capítulo de One Piece.
No sería hasta 1997 cuando comenzaría su andadura para convertirse definitivamente en uno de los artistas más influyentes e importantes de la industria del manga y el anime. Pero esa historia ya la conocéis vosotros.
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