El historietista estadounidense nos dejó un gran legado con Charlie Brown y Snoopy difícil de olvidar. Muchos conocen sus historias, pocos conocen su nombre. Se trata de Charles M. Schulz, el creador de una de las pandillas más famosas del mundo animado que nos enseñó a soñar en grande.
Su vida se basa en una infancia humilde, cuyo padre, Karl Schuz, era barbero y su madre, Dena Halverson, ama de casa. El historietista se crió en la capital del Estado de Minnesota, Saint Paul, con una timidez y soledad llamativa al no socializar demasiado con sus compañeros de clase.
En 1943, a la edad de 21 años, se alistó en el Ejército de los Estados Unidos de América tras el prematuro fallecimiento de su madre. Lo vivido en la Segunda Guerra Mundial, le marcó a nivel personal hasta tal punto de convertirse en todo un escéptico con el ser humano y decidió dejarlo en 1945 para dedicarse al mundo de la enseñanza artística.
Sus primeras obras cómicas fueron publicadas entre 1947 y 1949 en St. Paul Pioneer Press bajo el nombre de “Li'l Folks”. Una tira que intentó comercializar poco después en “Newspaper Enterprise Association'', pero que no terminó cuajando. En 1949 si lo conseguiría en “United Features Syndicate” logrando comercializar por fin su obra y surgiendo así Peanuts, quienes hicieron su primera aparición pública el 2 de octubre de 1950.
Con este paso al frente, su obra sería reconocida como una de las más populares del mundo al venderse miles de ejemplares de sus cómics y llegando a publicar una tira acerca de deportes llamada ‘It's Only a Game’, entre 1957 y 1959. La época gloriosa a nivel económico para Charlie Schulz llegaría entre 1970 y 1980, cuando ganó una considerable cantidad de dinero con la venta de sus publicaciones y que terminó con destinarlo a los más necesitados.
Sin embargo, todo se torció en noviembre de 1999 cuando sufrió un infarto, y poco más tarde se le diagnosticaría un cáncer colorrectal, el cual había desencadenado en metástasis provocándole la muerte el 12 de febrero del 2000.
